Dentro del potencial anti-inflamatorio del CBD, existen algunos estudios que indican que este efecto puede tener un especial interés cuando hablamos de inflamación a nivel de tejido cardíaco.
Uno de ellos (Lee WS et al, 2016) verificó que el CBD podría ser útil en el tratamiento de la miocarditis, que no es más que una inflamación del músculo cardíaco ( mio- músculo, cardio- corazón, itis- inflamación) Este efecto antiinflamatorio se verificó por la disminución de la actividad de células CD3 y CD4 , que son citoquinas pro-inflamatorias.
En otro de los estudios, éste quizás bastante más interesante, se observó una reducción en el tamaño del infarto cardíaco en conejos a los que se les indujo tal daño, y a los que posteriormente se les administró CBD (Feng Y et al, 2015). El infarto se les provocó cortando el aporte sanguíneo de una de las coronarias durante 90 minutos (de forma similar a lo que ocurre cuando alguien sufre un infarto de corazón). Los conejos que recibieron dosis de CBD tras esta reducción del aporte sanguíneo tuvieron una recuperación del tejido cardíaco mayor y más rápida que aquellos conejos que recibieron placebo.
Siendo los problemas cardíacos una de las causas más importantes de mortalidad en nuestros días, resultaría bastante interesante el plantearse la utilización de CBD como terapia preventiva-protectora del eventual daño que nuestro ritmo de vida actual pueda provocar a uno de nuestros órganos más preciados: nuestro corazón.
Dr. Javier Pedraza,
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
Consultor en tratamientos con cannabis y derivados
La presente opinión médica no supone el reconocimiento por parte del Dr. Pedraza de cualidades medicinales a los productos Natureight, siendo estos complementos alimenticios y no fármacos ni medicinas.